Raúl Arrabales Moreno

Neurociencia Cognitiva, Inteligencia Artificial y Conciencia Artificial

Cómo construir un robot que sienta

Este artículo se divide en dos partes:
– Un resumen de la charla invitada de Kevin O’Regan en el CogSys 2010, realizado por Raúl Arrabales.
– Comentarios adicionales acerca del yo y el papel de la acción en la cognición, escrito por Kevin O’Regan.

¿Cómo construir un robot que sienta?

conscious_robot_crawl“Cómo contruir un robot que sienta” fue el título de la charla magistral de Kevin O’Regan en la conferencia CogSys 2010 que se celebró la semana pasada en Zúrich. Durante su charla, O’Regan ofreció una introducción al conocido como “problema duro” de la conciencia (término acuñado por Chalmers) y habló de su teoría sensoriomotora para explicar cómo se produce la conciencia (fenomenológica) [1]. Tanto esta charla como muchas de la ideas relacionadas con la misma son de especial interés para los investigadores de la Conciencia Artificial, ya que O’Regan ofrece una explicación para la producción de la experiencia consciente que virtualmente elimina el problema duro, y por consiguiente el propio salto explicativo (“explanatory gap”). A continuación trataré de resumir las ideas clave que me parecieron más interesantes tanto de la charla como de las conversaciones que tuvimos durante la conferencia con O’Regan.

Usando la rojez del rojo, un ejemplo muy típico en filosofía de la mente, O’Regan abordó el problema del diseño de un robot capaz de sentir. Nótese que en este contexto no se usa la palabra sentir con la acepción que se usa en el trabajo de Damasio, si no que se refiere al cómo-es-ser, o los qualia asociados a los contenidos conscientes, es decir, las sensaciones asociadas a la experiencia consciente.

   Con el objetivo de explicar de dónde viene la rojez del rojo y averiguar cómo se puede generar esta sensación en un robot, conviene comprender algunos aspectos clave relacionados: (1) los estados cognitivos asociados, (2) el comportamiento asociado y (3) la sensación pura o experiencia subjetiva – en primera persona. Esta última propiedad es la que a menudo se considera algo especial y la que ha llevado a puntos de vista dualistas en el pasado. O’Regan puntualizó la imposibilidad aparente para describir las sensaciones, tal y como sugiere Chalmers, no debería hacernos caer en la falacia del “problema duro” de la conciencia. Aunque otros filósofos como Dennett argumentan que el problema duro en realidad no existe, no han conseguido dar una explicación convincente para los qualia. En realidad, los neurólogos tampoco pueden explicar cómo se genera la experiencia subjetiva. Lo que los neurólogos pueden explicar es que un canal neuronal rojo-verde se activa en la dirección del rojo cuando ves algo de color rojo. Sin embargo, eso no explica la experiencia (la sensación de rojo). En otras palabras, no tenemos una forma obvia de salvar el salto explicativo simplemente mirando a los resultados neurobiológicos. Explicar el sentido de presencia o la capacidad de “sentir como algo” parece estar fuera del alcance de la fisiología.

O’Regan argumenta que podemos avanzar en la comprensión de la experiencia subjetiva considerando exactamente cuáles son los principales puntos que parecen difíciles de explicar. Sugiere que los principales misterios de la capacidad de sentir son: (1) su inefabilidad (imposibilidad de informar acerca de ellos completa y detalladamente), (2) el hecho de que los qualia tienen estructura y (3) el hecho de que tienen presencia (“se sienten como algo”). Estos hechos acerca de la capacidad de sentir parecen muy difíciles de comprender en base a procesos físico-químicos del cerebro. Por otro lado, según O’Regan, estos misterios se pueden desvelar si en vez de pensar en el cerebro como en un generador de experiencias, se considera que el sentir es una forma de interacción con el mundo. Adoptando esta visión sensoriomotora, las cualidades experimentadas son equivalentes a leyes sensoriomotoras. La “rojez” no es algo generado por el cerebro, sino la forma en que las cosas rojas cambian la luz que incide sobre ellas. Sentimos la rojez cuando nos damos cuenta de que estamos interactuando de forma eficiente con un objeto que cambia la luz siguiendo un determinado patrón.

Los tres enigmas asociados a la capacidad de sentir se pueden explicar de la siguiente forma:

Inefabilidad: los qualia son inefables porque no tenemos acceso cognitivo a todos los detalles de nuestras propias capacidades sensoriomotoras. Por ejemplo, no tenemos acceso a la longitud de las fibras musculares.

Estructura de los qualia: Las similitudes y diferencias entre sensaciones correspondientes a diferentes modalidades sensoriales se pueden explicar en base a las similitudes y diferencias entre las leyes objetivas que determinan las interacciones sensoriomotoras involucradas. Por ejemplo, la cualidad asociada a la vista está constituida por todas las leyes que potencialmente se cumplen cuando se practica la capacidad de ver. Como confirmación de esta teoría, la sustitución sensorial [2] demuestra que la vibración en la piel se puede sentir como visión, dado que las leyes relacionadas con la visión se cumplen cuando el observador se mueve.

Presencia: Explicar el sentido de presencia o el “cómo es sentir algo” requiere explicar por qué las experiencias sensoriales tienen algo muy especial que otras actividades mentales no tienen. Para explicar esta diferencia en el marco de la teoría sensoriomotora basta con buscar diferencias objetivas que existen entre las leyes sensoriomotoras que gobiernan los actos perceptuales comparadas y las leyes que gobiernan actividades mentales como pensar o recordar. Parece entonces que lo que caracteriza particularmente a las sensaciones perceptivas y lo que las distingue de las experiencias mentales es que las interacciones sensoriales tienen corporeidad (bodiliness) y son llamativos (grabbiness) (ver las consideraciones adicionales de O’Regan más abajo y las referencias [1] y [4] para más detalles).

Por desgracia no hubo tiempo suficiente durante la charla para debatir en detalle los puntos anteriores. Específicamente, no se habló acerca de la emergencia del yo durante el desarrollo cognitivo. Por la presente, Conscious-Robots.com invita al Dr. O’Regan a completar este resumen con las consideraciones adicionales que considere oportuno y que no pudieron tratarse durante la charla por restricciones de horario (ver abajo).

Consideraciones adicionales de O’Regan sobre la Teoría Sensoriomotora

{mosimage} La corporeidad radica en el hecho de que cuando tu cuerpo se mueve, la entrada sensorial cambia. Las actividades mentales no tienen corporeidad. La capacidad de llamar la atención (grabbiness) consiste en el hecho de que los sistemas sensitivos están conectados de tal manera que interrumpen el proceso cognitivo cuando hay un cambio súbito en la entrada sensorial. Las actividades mentales tampoco poseen esta capacidad de atracción de la atención. Las corporeidad y la capacidad de llamar la atención son hechos objetivos sobre las actividades sensitivas parecen capturar intuitivamente el hecho de que somos sujetos de nuestras experiencias sensoriales – éstas se manifiestan sobre nosotros. Esto encajaría bien con la noción de presencia o “como es sentir”. El hecho de que las actividades mentales y las actividades asociadas con procesos autonómicos del sistema nervioso no tengan corporeidad y capacidad de atraer la atención brinda una explicación acerca de por qué sólo los estados sensitivos poseen “presencia” o un “cómo es sentir”.

En resumen, dado que en enfoque sensoriomotor proporciona una explicación para la inefabilidad, la estructura y la presencia de las sensaciones, también proporciona una forma de salvar el salto explicativo en términos de las cualidades de la experiencia subjetiva.

Queda un punto pendiente acerca de lo que constituye la conciencia fenoménica. Para responder a esta pregunta, el enfoque sensoriomotor sugiere que ser consciente de una sensación implica, en primer lugar, que un agente tenga la noción de yo (self), y en segundo lugar, que el yo acceda cognitivamente al hecho de que en este momento está ejercitando las dependencias sensoriomotoras que corresponden a la sensación.

Dado que el acceso cognitivo y la noción de yo no son parte del “problema duro” de la conciencia, si no que se pueden explicar en términos de procesos computacionales que están al alcance de la IA y la robótica, se deduce que si los robots tienen suficientes capacidades cognitivas para tener un yo y acceder a sus propias interacciones, deberían ser capaces de tener conciencia fenomenológica.

Nota: Una versión escrita de la charla dada por K. O’Regan en el CogSys 2010 estará (pronto) disponible en la web http://nivea.psycho.univ-paris5.fr

El siguiente artículo resume convenientemente este enfoque:

O’Regan, J.K. (2010). Explaining what people say about sensory qualia. In N. Gangopadhyay, M. Madary, F. Spicer (Eds) Perception, Action, and Consciousness: Sensorimotor Dynamics and Two Visual Systems. Oxford: OUP. (http://lpp.psycho.univ-paris5.fr/pdf/2630.pdf)

Acción y Cognición

Raúl Arrabales:

En vista de pruebas recientes que indican la modulación a voluntad de la actividad cerebral en pacientes con trastornos de la conciencia [3], hay un debate abierto en relación a la necesidad de la acción motora para la cognición y la conciencia. De acuerdo con los resultados presentados en [3], parece que los pacientes pueden ser conscientes incluso en ausencia total de actividad motora. ¿Cómo se puede explicar esto en términos de la teoría sensoriomotora?

Comentario invitado de Kevin O’Regan:

Es importante remarcar que el enfoque sensoriomotor no afirma que para que ocurra la experiencia sensorial sea necesaria la acción en un momento dado. Lo que la teoría dice es que para que haya experiencia sensorial un observador debe estar en un estado en el que sabe que si se moviera de determinada forma, tendrían lugar determinados cambios sensoriales. ¡Pero en realidad el sujeto no tiene que moverse!

Como analogía, consideremos el ejemplo de mi sensación de que estoy en casa sentado en el salón. Tengo la sensación incluso aunque no me esté moviendo en absoluto. La sensación viene de que yo implícitamente sé que si me levantara y fuera en esta dirección, llegaría a la cocina, y si fuera en esa otra dirección, iría al dormitorio. Pero en realidad no necesito hacer nada en absoluto.

Por lo tanto, el papel de acción en la sensación es un papel potencial no un papel efectivo. Para percibir ahora el perceptor debe estar en un estado en el que supone (aunque quizás incorrectamente – como en el caso de los pacientes en estado vegetativo, o en los sueños, ¡o en las presentaciones taquistoscópicas!) que aplican dependencias sensoriomotoras similares ahora al igual que en algún momento pasado que se encontraba en el mismo estado sensorial.

Por esta razón, los hallazgos descritos en [3] acerca de que puede haber cognición (y quizás la sensación) sin acción es compatible con la teoría sensoriomotora.

En primer lugar, por lo que respecta a la cognición, la teoría sensoriomotora no dice nada acerca de la necesidad de acción en este caso. Por el contrario, de igual manera que hay procesamiento simbólico en los ordenadores sin necesidad de acción motora, la teoría admite la existencia de procesamiento cognitivo en los humanos sin acción asociada.

Por lo que respecta a la sensación, tampoco hay incompatibilidad. El paciente simplemente tiene que tener acceso cognitivo al hecho de que si se moviera, entonces normalmente ciertos cambios sensoriales tendrían lugar. El hecho de que en realidad no se puedan mover es una desgracia, pero dado que previamente en sus vidas los pacientes han realizado movimientos relacionados con cambios sensoriales, y ahora sabían (o estaban convencidos, ¡incluso incorrectamente!) que ahora los cambios potenciales son los mismos, esto es suficiente para que los pacientes tengan la misma experiencia sensorial que tuvieron previamente.

Agradecimientos

Me gustaría agradecer al Dr. O’Regan sus precisos comentarios y la revisión de mi resumen inicial, que ahora es mucho más claro. También me gustaría agradecer a Ricardo Sanz y el resto de miembros de Retecog por hacerme llegar las referencias y participar en el debate sobre el papel de la acción motora en la cognición.

Referencias

[1] O’Regan, J.K. (2009). Sensorimotor approach to (phenomenal) consciousness. In Baynes, T., Cleeremans, A. & Wilken, P. (Eds) Oxford Companion to Consciousness. (pp. 588-593). Oxford: Oxford University Press. (http://lpp.psycho.univ-paris5.fr/pdf/2532.pdf)

[2] Bach-y-Rita P, Collins CC, Saunders F, White B, Scadden L.(1969). “Vision substitution by tactile image projection.”. Nature, 221:963–964 (http://www.nature.com/nature/journal/v221/n5184/abs/221963a0.html)

[3] Monti, M.M. et al. (2010) Willful Modulation of Brain Activity in Disorders of Consciousness. The New England Journal of Medicine. Feb. 3, 2010. (http://content.nejm.org/cgi/content/full/NEJMoa0905370)

[4] O’Regan, J.K. (2010). Explaining what people say about sensory qualia. In N. Gangopadhyay, M. Madary, F. Spicer (Eds) Perception, Action, and Consciousness: Sensorimotor Dynamics and Two Visual Systems. Oxford: OUP. (http://lpp.psycho.univ-paris5.fr/pdf/2630.pdf)

 

Raúl Arrabales

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